El sueño de la razón ( elegía al autor desconocido)

 Ad portas de mi propia muerte y resurección, me veo invadido por los errores del hombre que he sido. Son fantasmas que van consumiendo mi cordura a ratos, logrando que permita actos de pervesa purga, y es que me veo como el carcelero de mis sueños nuevamente. Mi conciencia y yo somos presa de las viles manchas que caen en mi propio cuerpo, mi cuerpo despreciable y despreciado y que tanta congoja me provoca por estos días....quien soy? Una pantomima, una parodia de adulto que lucha por crecer, un imbécil limitado y que simplemente tuvo la osadía de pensar en él mismo como alguien poderosamente inteligente, pero nunca dispuesto a hacer un ápice por si mismo. Para ayudar al resto soy bueno, siempre tengo el consejo o razonamiento perfecto y enseño como debe funcionar el mudo y la vida de cada quien, exceptuando la mía. Aplaudamos el desastre, que al menos para una historia o dos interesantes ha servido.
  Temo a la noche que cierne su oscura caricia sobre mi piel, que clava uñas en mi alma y me deja paralizado, clavado a la tierra, escuchando una sinfonía de basura en rededor. Miro los pinceles, la tela, los lienzos, la pintura y el grafito, el papel que envejece entre polvo y estaticidad, porque no doy vida a mis proyectos, porque encierro mis deseos, convertido en el hijo perfecto de mis circunstancias; cárcel para mi supuesto talento, un farsante que nada ha logrado demostrar, no al resto porque ello no importa, sino a su propio ser.
  Hoy estoy a salvo; la cálida mirada y el sereno respirar de mis hijos hace que olvide lo maldito que me siento. Esos sentimientos que tengo, el cariño de una mujer y el recuerdo de otras, me hacen pensar que tan malo puede ser esta vida. Pero veo que me consume lo pútrido entre mis uñas, lo fétido de mi dolor....tan rancia alegoría, tan magra calidad, que hay veces en que olvido respirar para no sentir.
  No sé si soy capaz de arancar esta miasma de mi ser; pero quiero crer que si caigo, al menos lo habré intentado.