lunes, 28 de diciembre de 2009

Pasión por vivir.



  Muchos son los tiempos que, entre toma y toma del gran camarógrafo celeste, ocupo para escribir. Es un hábito que me acompaña desde los 5 años, el cual he intentado depurar con el tiempo. Y entre canto y canto, imágenes varias y gráfica que ha llenado las horas perdidas de esta historia, me encuentro trabajando en la segunda tanda de cuentos que han de complementar mi antología. No sé donde o como será publicada, la verdad es que actualmente prefiero tener el trabajo hecho para luego presentar mi proyecto como corresponde, pero sé que nada "bueno" puede salir de esto (palabras de mi padre cada vez que se entera que voy contra lo que él piensa).
  He alimentado mis relaciones de letras, las cartas de amor, pasión y locura son comunes a mis circunstancias ( aún cuando existen unas secretas, guardadas para la posteridad dirigidas a personas en mi vida), y pude alimentarme durante una etapa de mi vida de cada verso que Huidobro vertió en papel, pero siento algo una falta de estructura entre tanta celulosa y tinta. Talvés es simple inspiración o ya no puedo escribir con la pasión que tuve, con la fuerza y rabia de tanto año de mierda. O simplemente maduré, y quiero trascender a este envoltorio mortal, que solo trabaja y ama. Debe ser el tiempo, la renovación o simplemente los hados de vuelta, pero tengo ganas de literatura.