lunes, 4 de abril de 2011

La fragilidad nuestra de cada día

 Alguien me dijo una vez: el amor es solo un sentimiento frágil e imperfecto con el que aprendemos a lidiar, con los años; la verdadera razón por la que nos mantenemos en pareja es para pasar nuestra vida con alguien. Y es por ello que la gente se casa, es por ello que nos mantenemos aguantando a quien nos quiere, porque si no es amor, es tuyo igual. (lo último fue traspapelado de una canción de Sui Generis) Al final de tu camino, solo sabes cuan solo estás, porque te vas solo, igual que solo llegas al nacer. Recuerdo mirarlo algo triste, con un dejo de rabia y soltura tan típica de mis momentos melancólicos. Llevé un cigarrillo a la boca, y simplemente fumé, mientras miraba al cerco frente a nosotros. 
  Mi mayor temor no va por el tema de morir solo; más bien va al hecho de perderme entre la niebla y buscar el amor en otra parte. Y es eso lo que siempre ha motivado mis actos, un amor potente que quema, que arde en mis entrañas desde el primer grito, desde la matriz y más allá. Amo a mis hijos, a mis  padres y amigos, y veo en ello el acto más frágil que puedo generar, porque la simpleza de ese sentimiento, lo sublime que es con sus matices y formas, rico en experiencias, me hace mejor persona, y sobretodo hace de mi lo que necesito ser. Si somos hijos de Dios ( y en esto me baso solo en un precepto común a diversas creencias, no en mi propio régimen de experiencias), caminamos hacia su regazo, la fuente de todo, y nuestra propia divinidad. Y ello se basa en el amor. Amor incondicional no sé, pero amor a la buena, con fuerza y demostrando en cada acto que este es lo más importante para uno, que la piel te queme y el alma inflame, y la ausencia sea eternidad hasta la llegada de la otra persona, pero ser tu también, amarte y quererte, demostrar en cada acto que puedes y funcionas solo, pero estar juntos es mejor. Complejo, ¿no?
 Hoy Lunes, mi día comienza con una taza de café y ordenando las reflexibles del fin de semana. Pronto voy al trabajo, en una rutina que me gusta y siento placer por estar logrando mis objetivos, pero sé que me falta una parte, una ausencia autoimpuesta por el otro lado de mi corazón. No lamento sus decisiones, solo las mías. Hoy es víspera de un nuevo orden; hoy pronto, las hojas caerán de los árboles.

viernes, 1 de abril de 2011

¿Queda algo?

 En el silencio de la noche me he preguntado muchas veces esto.....luego, veo la rosa que alguna vez tuve a mi lado, y siento tristeza.