Hace tanto que partiste, y tu presencia sigue en rededor de mis sueños. Nunca podré decir canto influyó en mí tu talento y trabajo, y sin embargo sé que lo comprendes a cabalidad cada palabra que escribo. Nunca te conocí, dificilmente pudimos coincidir en la misma ciudad y aún así, sé que eres cercano a mi alma. Y es que tu música se ha convertido en parte de mi diario, en las letras que vierto solo hay pena y agradecimiento....dos sentimientos que bien se acompañan a la hora de recordarte, querido Frederick.
Es por ello, que en el 19 año de tu muerte,solo puedo pensar en agradecer por ti. Gracias por tu voz, por tu talento y tu calidad humana; gracias por ser quien fuiste, eres y serás, porque la muerte es solo un paso a la inmortalidad del alma, y tu alma esta con Dios. Gracias Freddie Mercury, por tanto, en especial por acompañar a este padre treintón que a diario recuerda vivir.
Camino los pasos que me separan del jardín de niños donde estudia mi hijo Pascua,y veo en el piso papeles muertos, plásticos marchitos y manchados, sobres de mierda envasada que solemos consumir a la rápida, al paso, para no darnos tiempo siquiera de un descanso. Recojo un par de mortajas y las llevo al basurero,mientras medito en la incapacidad de un ser humano, cualquiera, para darse maña de botar donde corresponde el producto de su consumo.Tristemente, es solo reflejo de lo que hemos construido como sociedad: una pila de mierda coronada por nuestra indiferencia.
Hacemos de este mundo un basurero,mientras la televisión nos muestra un estilo de vida plástico, tipo Yingo experience, con noticias cercenadas, sobre lo que debemos consumir, querer y a quien amar.Nuestro presidente hace el ridículo nuevamente y en U.S.A., los republicanos dan una patada al culo afroamericano (o es mulato?) de Obama, al tiempo que un periodista de universidad privada comenta los antecedentes de la elección mandatorial brasileña; en Argentina, todos lloran la muerte de un hombre a quien, hasta unas horas antes del infarto, lo catalogaban de sinvergüenza. Y los versos de Jorge Gonzales parecen más vigentes a cada minuto: Latino América es un pueblo al sur de Estados Unidos.
Caemos en una espiral decreciente (un lapsus-homenaje) como si nuestro destino fuese envenenar la sociedad. Nos hemos transformado del sistema inmunológico de este planeta madre a su enfermedad, y solo somos capaces de hablar sobre fatalidades y culos de silicona, al tiempo que escuchamos como llora una modelo hueca y resentida sobre las maneras en que le han crucificado. A quien puede importar que nuestra madre esté enferma, que aún tenemos tiempo de salvarla; en vez de eso, nos sentimos importantes porque pronto la humanidad va a colonizar Marte, y así podemos comenzar otra vez.
El destino del hombre como raza es viajar a las estrellas, ser uno con la conciencia cósmica, ser parte y reflejo de Dios, pero ello implica ser responsables de lo que hacemos, de nuestros errores y enmendar lo equivocado que podemos actuar. Aún hay tiempo.
Será este el destino del hombre?
