lunes, 15 de febrero de 2010

Disociación compléxa.

  Dá rabia cuando las situaciones no pasan por tus manos, y sin embargo van afectando tu vida; más aún, caundo afectan las vidas de quienes amas y por quienes puedes dar el alma, la cabeza o la misma sangre. Y esto va por familia (mis niños), amigos o parientes. Para mi su valor es idéntico, si bien aquilato a unos más que otros (mis parientes no me pasan mucho, y yo, sinceramente, he llegado a un punto de verlos como algo aparte de mi vida real), son los actos que cometo a favor de ellos los que definen mi relación, sea esta buena o mala, más bien concreto lo que pretendo para y por ellos. Y si bien la duda y miedo al fracaso me paralizan, si se trata de ellos intento todo lo que esté a mis manos.  
   Me deben dinero, y estoy atrasado con cuentas por pagar, tanto en el departamento como en asuntos particulares y personales, y eso me provoca impotencia, porque además siento la presión tras de mi; presión compartida por mis padres y los diversos participantes del meollo en cuestión, ya que es malo cuando te has cambiado de casa hace poco tiempo, y ya estas teniendo problemas con cuentas; peor cuando debes cumplir con compromisos que competen a una de las personas a quien más amo. Lo que me ha provocado un profundo estado de desilusión, molestia y apatía frente al dolor, llevando que este aumente y sienta muchas ganas de mandar todo a la mierda, de manera literal. Básicamente, han sido días de poca empatía, me he peleado con gente a quien aprecio sobremanera (y con mi amiga también, lo que duele más), llegando a un punto semi muerto. Para aderezar las cosas, he estado haciendo rituales de sanación con mi propia alma, buscando deshacer la oscuridad que me rodea, la rabia añeja y tanta porquería adherida, y han resultado, mejor de lo que esperaba, pero estoy por ello sensible, con la verdad a flor de piel.
   ¿Qué hacer cuando hay tanto por hacer, tanto para crear, pero cuyos elementos están presentes en un futuro? Sembrar, crear, avanzar hasta el punto de fecundar y parir el mañana con tus matices, haciendo de él tu reino, y de su futuro algo más brillante y peculiar, sin tener la mente en ello, sin el objetivo en cuestión, solo el camino, el viaje.
    Hoy no sé donde dormiré, pero espero solucionar esto pronto; quiero mi rincón, mi espacio, y no deseo equivocarme. Quiero proteger a mis hijos, darles la vida que merecen y no existen trabas para ello. Aún si interviene un zoquete que me debe dinero, y no me permite avanzar como corresponde por un dí o unas semanas, son solo horas de más.. A fin de cuentas, sigo hambriento.
 

1 comentario:

  1. Cielo, si hay algo que pueda hacer... Moneas no tengo, pa variar. Pero el hombro es amplio y la oreja paciente.

    TQ

    ResponderEliminar