Un rito humano perfectamente reconocible como código universal, es el saludo de despedida. Todos compartimos este gesto, cuyo sentido es diverso y rico en una serie de significados. Nos despedimos de quienes amamos con un beso y un abrazo, con un buen apretón de manos o simplemente con una señal de dedos (una seña de dedo medio no entra en ello, pero es aplicable), con un hasta siempre, un adiós o buenas tardes (noches o días, es variable); lo importante es siempre despedirse. Bajo este contexto, como ley universal es grato hacerlo de manera civilizada y perfecto cuando se hace de forma real....
Hoy me despido de un buen amigo; simplemente nuestros caminos se bifurcan y no creo que vuelvan a interceptar sus lineas. Son años en los que nos acompañamos y millones las notas al pie de página en la vida de ambos, en el trabajo y buen hacer de cada día, que simplemente verse separados de la forma en que lo hacemos es penoso. Fue el Wilson de mi House, e incluso más que ello fue mi hermano y el mejor amigo que tuve, por ello necesito de esto, escribir para que no duela, para que no cueste y lo deje marchar.
Uno nunca se despide de un adiós; es un hasta siempre hermano, mi mejor amigo.
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