miércoles, 24 de junio de 2015

Carne Muerta

 Existe una constante entre mis escritos y el estado de ánimo en que me manejo. Por estos días, calurosos y algo pesados, he pasado de la apatía creativa a un estado de alerta imperioso, cuyos estímulos externos van desgarrando el letargo. Y es simplemente que he estado fuera de mi, de centro, sin equilibrio, en una juerga de circunstancias tan banales, convirtiendo esta vida en algo pueril. He caminado entre sombras y he dejado que las horas pasen sin ver más que la pintura en la pared de alguna casa. Por primera vez en años no he sido más que un cascarón vacío, un trozo de papel en blanco contemplando el amanecer sin importar que venga la lluvia y convierta mi piel en retazo.
 Durante un tiempo he escrito canciones, letras que sin sentido aparente solo son compuestas para mi alma, aunque en ello radica su importancia. Quiero volver a cantar, pero esta vez bajo mis reglas, mis juegos o, al menos, con el parámetro creativo que siempre quise desarrollar en todo lo que genero. Por lo mismo, he dado vueltas a mi novela, y ella vuelve a mi. Es así que como amantes inconstantes, hemos abandonado nuestros placeres de forma provisional, solo para aumentar el apetito por crear, follar y amar como si el exterior importase una mierda. Lo mismo para mis dibujos y cuentos. Como un amasijo, van acumulando espacios en mi casa, en la vida y mente de este hombre de 38 años quien nunca esperé conocer; vamos, que alguna vez deseé morir a los 27 años, así que pueden imaginar cuan idiota era...
 Por ello, me atrevo a publicar parte de una canción que estoy trabajando.

Carne Muerta

De las alas rotas, la caída fue lo peor
Nunca esperes de otros salvo inconsecuencia
Porque el verbo no se explica en el alma
Y al final fue otro escape al dolor.
Y trémula es la hora donde enfrentaste
La espiral llamada vida no está arraigada
en aquellos cuya bandera es cruz y sangre

Muerta la carne, el alma es libre
las alas extendidas hacia el Sol
Como dragones, fantasía de los años
Nos haremos uno en el dolor.

Con mis manos confundidas, sin palabras para dar
Hoy que veo las heridas, de una vieja serenata
En la ciudad de las miserias, mi voz
calla triste un mensaje sin final.
Y trémula se hizo la hora donde enfrentaste
la conciencia única de una sociedad
en aquellos cuya bandera es cruz y sangre.

Crea la vida, una consciente verdad
con las manos extendidas hacia el Sol
Jugaremos a ser fuertes, fantasía de los años
Nos hacemos fuertes, uno en el amor.






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